jueves, 23 de agosto de 2007

Mundo virtual

Este es el mundo en el que vivimos.
Este mundo que acorta las distancias, que nos conecta estemos donde estemos.

Este es el mundo en el que yo escribo para contar mis cosas, para hablar de mis hijas, de mis miedos, en lugar de levantar un teléfono y contarselo a mi gente, o de, mejor aún, contarlo en una charla de café.
Este es el mundo en donde nos mandamos SMSs, mensajitos de texto por celular para decirnos feliz día del amigo, feliz año nuevo, y todas las otras felicidades que ya no escuchamos tan seguido, sino que leemos.
Este es el mundo en el que las cartas por correo, correo de verdad, del que te llevaba un cartero a la puerta de tu casa, ya no se envían. Ahora el correo es electrónico.
Este es el mundo en el que todo es más rápido. Las cosas son más rápidas, los correos, los saludos, las charlas. Y nos satisface que sea así, porque nosotros vivimos acelerados.

Este es el mundo en el que vivimos. Este mundo que acorta las distancias, tanto, que a veces de tan cerca, no nos vemos.

Quiero manejar... pero no quiero!!!

Y sí... podrá parecer contradictorio, y hasta ridículo, pero es así. Cada vez tengo más ganas de largarme a manejar, lo necesito. Pero por otro lado, no quiero, me da miedo, me asusta, me bloquea salir a la calle y andar entre el resto de los autos.
Y no hablo de aprender a manejar, sino de animarme a manejar, de vencer ese impulso de querer revolear el volante o frenar en medio de donde sea y entregarle el control a quien esté conmigo en ese momento. "Tomá, seguí vos, esto no es para mí"
Algunos dicen que les pasa a todos, que todos pasan por esas sensaciones las primeras veces, que todos de alguna manera u otra, tuvieron miedo. Pero yo no me banco que no me salgan las cosas, no me banco no poder manejar estas situaciones.
Otros dicen que está bien tener miedo, pero no está bien no animarse a vencerlo.
Yo no sé qué decir... sólo que ganas no me faltan de volver a intentarlo!!!

sábado, 11 de agosto de 2007

Ojos que matan

O por lo menos a mí.
Tres pares de ojos en los que me pierdo..


Ojos pequeños, enmarcados por largas pestañas. Ojos que se esconden cuando tu cara sonríe, que no se dejan ver con algunas de tus expresiones.
Ojos del alma, ojos que trasmiten paz. Ojos buenos, ojos tiernos


Ojos inmensos, que se continúan con largas pestañas también. Ojos que brillan, que expresan. Ojos en los que veo tus estados de ánimo, tus humores. Ojos que pueden trasmitirte todo: desde la furia de un león hasta la mayor de las dulzuras, miedos, ansiedades, alegrías, tristezas, todo se ve en tus ojos. Ojos que todo lo observan.

Ojos claros, ojos que están naciendo a la vida. Ojos que observan, que buscan, que aprenden. Ojos cálidos, ojos tiernos, ojos dulces.
Ojos de mis amores!!!

lunes, 9 de julio de 2007

De vuelta al trabajo...

Ahhhhhhhhhhhhhh!!!!
Mañana empiezo de nuevo a trabajar, parecía que faltaba tanto pero todo llega... y más rápido de lo que uno espera...
Y no puedo hablar más, tengo un nudo que no me deja hacerlo. Las chicas van a estar muy bien, lo sé, pero después de más de 7 meses, cómo cuesta!!!! La adaptación es más difícil para nosotros que para ellos.

sábado, 2 de junio de 2007

Virus y otras yerbas...

Mocos, resfríos, tos, anginas, faringitis, broncoespasmos. Virus, bacterias, gérmenes, bichos de todo tipo. Virus varios, con todas las letras y todos los nombres, y también virus anónimos. Nos enferman, nos atrapan, nos encierran, nos aislan. Pasan de persona en persona libremente. Nos condenan al encierro, a alejarnos de lo nuestro y los nuestros, de las personas y de las actividades. Nos dejan en la cama, o fuera de ella pero desganados, malhumorados. Nos dan una única visita posible... al doctor.

viernes, 25 de mayo de 2007

Abueli

Si mi abuela estuviera con nosotros, ayer hubiese cumplido 94 años, 94 primaveras como ella diría. Esta semana la recordé muchísimo, no sé por qué tanto, más de lo que me acuerdo que me haya pasado en los últimos años... Creo que pasaron 11 años, o por lo menos la edad de la que me quedó memoria de ella es de 83 años, aunque no sé si fue exactamente así.
Creo que el nacimiento de Sabri en algo habrá influido. Siempre lamenté que mi "abueli" (así la llamábamos con mi hermana Patri y mi primo Leo) no hubiera conocido a Luis, no hubiera sabido que finalmente me enamoré y que finalmente formé una familia, y que soy feliz con ella. Siempre sospeché que de haber conocido a Luis se hubiesen querido mucho mutuamente. Y tal vez la llegada de Sabrina que hizo crecer más a mi familia, me haya vuelto a reflotar esas sensaciones. No sé... simplemente necesité recordarla...

miércoles, 25 de abril de 2007

Se agrandó la familia!!!

12 de abril. 20:30hs. Muchos nervios. Más ansiedad. Llegó el momento.


Nacida a las 21:15hs. Parto por cesárea. 3.240 grs, 49.5cm, Apgar 9/10. Números, datos que miden la salud del recién nacido.

Pero no hay números, ni siquiera palabras que midan sensaciones, sentimientos. El primer instante en que la ves, en que escuchás su llanto, en que la sentís, en que te la acercan para que la conozcas, para que la sientas, para que la beses. La primera prendida al pecho. El descubirle cada minúsculo pedacito de su cuerpo.

El morir de amor en cada uno de esos momentos, con cada movimiento descubierto, cada gesto.

Morir de amor y de orgullo viendo a Romina dándole la bienvenida a su hermana, acariciándola, descubriéndola.

Morir de amor por la familia que tengo.












Sabrina y Romina en el Sanatorio



Bienvenida a nuestra familia, Sabrina!!!

martes, 3 de abril de 2007

Adentro y Afuera II


Adentro y Afuera.

Dos caras para el mismo amor

lunes, 2 de abril de 2007

12 de abril... la cuenta regresiva


10 días faltan para su llegada.
Empezó la cuenta regresiva.
Cada día cuenta. Cada día descuenta.

Las preguntas se multiplican.
Del momento, del antes y del después.
Cómo estará todo? Estoy lista para el momento? Y después?
Cómo será?

El 12 de abril, las respuestas comienzan...

lunes, 26 de marzo de 2007

Inundaciones

Foto obtenida desde la web

"Media ciudad está inundada", anunciaba anoche Crónica TV. Hace rato que no salgo a ver la ciudad. Sólo veo mi casa. Y mi casa está inundada.
Rayos, relámpagos y truenos parecían ser presagio de algo. Pero no lo vimos. Estábamos absortos mirando la canaleta, la misma que nos venía trayendo problemas con cuanta lluvia, chica o grande, había. Por suerte todo estaba bien. Bastó desviar la vista sólo un poco para notar que cerca de la canaleta, y no por ella misma, se estaban escurriendo unos hilos de agua que se deslizaban por la pared recién pintada. Contemplando esa imagen sin poder hacer nada para evitarlo, se empezó a sentir cómo se filtraba el agua por debajo de la puerta de la terraza para caer en el mismísimo comedor. Mientras Luis subía para tratar de evitar que la cosa empeorara, intentando cerrar mejor o sellar la puerta, el pequeño chorrito de agua ya estaba dejando su camino bajo la escalera recién pintada para caer como dos chorros de agua en el piso. Yo no podía reaccionar. Los movimientos de mi mente parecían estar en perfecta sintonía con los de mi cuerpo, desde mi torpeza sólo podía reconocer instrucciones simples como "poné un trapo ahí" o "traé un balde acá". No puedo culpar de esta inmovilidad a mi estado actual; no es la primera vez que pasa algo así, y mi mente se bloquea en estos casos, no sabe qué hacer, qué pensar, cómo reaccionar...
Pero el "caos" avanzaba. Ya no bastaba con ver cómo el agua encontraba pequeños espacios para meterse en casa. Ahora había encontrado una salida (o mejor dicho, una entrada) mejor. La vieja rejilla (inútilmente tapada) empezó a escupir agua por todo orificio, agujero, ranura, intersticio que se lo permitiera. En pocos momentos el piso se estaba llenando de agua, no había manos, trapos, blades, ni escurridores que pudieran evitarlo. Rápidamente se corrieron muebles, se desconectaron electrónicos, se alejaron del paso todos los objetos a los cuales pudiera llegar el agua. Luis abrió la puerta para obligar al agua a salir al pasillo, pero... el agua acumulada en el pasillo se le abalanzó buscando refugio en casa. Cómo se explica que el piso de casa esté más bajo que el del pasillo?!
Luis luchaba contra el agua a dos manos, a diez manos si las tuviera, con todo lo que encontrara útil para la tarea, con todo el cuerpo. Yo nada podía hacer. Sólo miraba. Y sufría. Angustia. Deseperación. Impotencia. Bronca. Se me cruzaban imágenes de los inundados, de los verdaderos inundados, a conciencia de que esto no es ni una mínima muestra de lo que ellos viven. Ni intento comparar las situaciones, pero hay un momento en el cual no sabés cómo va a seguir ni a terminar la historia, sólo ves que el agua avanza, y no querés ni imaginar hasta dónde lo hará.
El nivel de agua seguía creciendo. Dicen que cayeron 62 mm en 2 horas en la ciudad. En casa creo que llegó en la zona más afectada a 40mm en 15 minutos. Muchas cosas se mojaron: el sillón, mesa y sillas, cajas de libros. Nada grave, más que la sensación de que el agua vuelva a invadirnos en cualquier momento...

domingo, 25 de marzo de 2007

Relojes blandos

"La persistencia de la memoria", de Salvador Dali, 1931

Nervios... Miedos... Nervios... Miedos...
Hasta hace poco eran nervios por llegar a la fecha esperada. La fecha está llegando. Ahora los nervios son porque la fecha está más que cerca.
El reloj sigue avanzando. Ya cuenta 18 semanas desde que empecé el reposo, más de la mitad del tiempo que Sabrina está dentro mío. Y contará... cuántas más? Una? Dos? Quizás más? Cuántos días más pasarán hasta que esté acá afuera, junto a nosotros?
A esta altura se pierde la dimensión del tiempo que pasó y el que falta. Como en los relojes blandos de Dali, la percepción del tiempo y del espacio adoptan formas blandas que se ajustan a las circunstancias.
Los sentimientos se agolpan, se pelean, se contradicen, se unen, se transforman. Miedos, nervios, felicidad, orgullo, ansiedad. Ya llega. Falta poco. Falta tanto.

jueves, 22 de febrero de 2007

Confianza

15 de febrero. Visita a Miguel, mi obstetra. Maestro, capo, lo adoro. Llego al consultorio con miles de dudas, miedos: estará todo bien? Está muy baja mi panza? Por qué la siento moverse tan abajo? Estará bien la bebé con tantas contracciones?
30 semanas. 9 kilos más que el peso que tenía antes de mi embarazo. La panza está bien. Escuchamos el corazón de la bebé... qué mejor sonido en ese momento! Miguel nos escucha, es muy escueto a la hora de decir algo, a él sólo le alcanza con un "está todo muy bien, sigamos así". Y ahí vienen nuestras preguntas, y sus respuestas claras, convincentes. Me da una seguridad increíble. Confío en él plenamente. Con su seguridad, con sus respuestas me deja más que tranquila. Salgo del consultorio mucho más relajada, más tranquila, más segura de que todo va a salir bien.
Pienso en el embarazo y el parto de Romina. Y no me canso de agradecerle. Fuiste vos, me decía él, yo no hice nada.
Creo que es cierto en parte, yo hice el reposo, yo tuve los cuidados. Pero él fue quién me guió. Yo sólo creí en él y respeté sus palabras. Confianza. El se la ganó desde el primer día.

domingo, 11 de febrero de 2007

Dentro de la casa

Este blog intenta hablar de las cosas que pasan desde adentro. Y adentro están pasando muchas cosas. Pero no sólo dentro mío, también dentro de la casa. La casa poco a poco se está transformando en nuestra casa, en nuestro hogar. Poco a poco va tomando forma, va tomando cuerpo, va tomando color. Lo hizo hace tiempo ya la habitación de Romi, y en parte la nuestra. Esta vez fue el turno de la pieza de arriba, que en breve se convertirá en escritorio. Cajas repletas de libros esperando por salir, que ni advierten que ya están próximos a la fecha de su luz. Enceguecidos por días, meses, hasta años de oscuridad en esas cajas irán a llenar las bibliotecas, estantes o repisas que se construirán junto a las paredes recién pintadas.
Una vez más el verde tiñendo el espacio, verde amarillento o amarillo verdoso, con detalles en un verde más oscuro y el techo rematando el aire con sus ladrillos. La verdad, bonito está quedando. La mano de Luis hasta en el menor de los detalles, la mano del viejo dispuesta como siempre, y hasta la mano de Romi pasó por esas paredes. Estamos en la recta final: repaso al piso, armar las bibliotecas y a habitar!!!

Tanto y tan poco a la vez...

Y acá estoy, en la dulce espera... En la dulce y reposada espera. Ya pasaron más de dos meses desde que el crecimiento de la panza debe ser más tranquilo, más cuidado. Día a día sigue creciendo, afortunadamente muy bien, pero también día a día crece el tiempo que hay que acompañarlo desde la cama. Y no es fácil. No es fácil porque hay mucho para hacer y muy poco que se pueda hacer desde acá, en esta postura horizontal, tan cómoda que a veces se hace increíblemente incómoda. Falta tanto todavía!! Otros dos meses y un poquito más, parece tanto tiempo visto desde el reposo!!! Pero por otra parte, tantas cosas para hacer antes que la niña llegue, que dos meses parecen nada... A veces es desesperante, a veces es angustiante... abril... cuánto falta hasta abril? Por qué no llega ya?! Pero y si llega ya... cuántas cosas habrán quedado sin hacer y tendrán que seguir esperando? Y yo, mientras tanto, qué estoy haciendo?! Contando los días que faltan y las tareas que queremos cumplir en esos días, sin poder hacer mucho más que contarlas. Sé que lo que estoy haciendo desde la cama es más que importante, es necesario, no me cuestiono por eso, pero... cómo evitar esta desesperante sensación de querer hacer de todo y no poder hacer nada? Hay que respirar hondo, muy hondo, que el aire llene los pulmones, con todo puesto en que esto es lo mejor que puedo hacer para colaborar.

domingo, 21 de enero de 2007

De parto...

Hace algo más de 3 años, cuando Romi estaba creciendo en mí, mi amigo José Luis me dio este regalito, obra del gran Nano Serrat que yo, hasta entonces, no conocía. Hoy que lo encontré me maravilló nuevamente.
Gracias, Jose!

Se le hinchan los pies.
El cuarto mes le pesa en el vientre
a esa muchacha en flor
por la que anduvo el amor
regalando simiente.

Si la viese usted
mirándose feliz al espejo...
Palpándose el perfil
y trenzando mil nombres en dos sexos.

A su manera,
floreció por primavera,
para dar gracias al sol
y perfumar la vereda.

A su piel de satén
le sienta bien salir de paseo.
Salpicar niñez en la dejadez
de su balanceo.

Si la viese usted
frente al café jugando rayuela
al atardecer, es que, a las cinco, su ayer
vuelve de la escuela.

Y a su manera volvió al caballo y al carro,
al muñeco de cartón y los pucheros de barro.

Si la viese usted
cantándose canciones de cuna,
como un cascabel que acunase un clavel
en un rayo de luna.

Corre Lagarto... Pon otra cama en el cuarto.
A empapelarlo de azul y en agosto de parto.
De parto...